La comunicación desempeña un papel esencial en nuestra vida y en el entorno laboral, influyendo en la eficacia de los equipos, la productividad de la empresa y el bienestar de las personas. La teoría de la comunicación humana de Paul Watzlawick, Janet Beavin Bavelas y Don D. Jackson, con sus cinco axiomas fundamentales, proporciona una lente valiosa para entender y mejorar estas dinámicas.
En este artículo, exploraremos los cinco axiomas de la Teoría de la comunicación humana:
1. La imposibilidad de no comunicar
Es imposible no comunicar. Incluso el silencio y la falta de acción son formas de transmitir mensajes. Cada gesto, expresión facial y omisión de palabras comunica algo. Este axioma destaca la presencia de la comunicación en todas nuestras interacciones, conscientes o inconscientes. Por ello, es importante conocernos a nosotros mismos y ser cada vez más conscientes «desde dónde» y cómo interactuamos.
2. El contenido y la relación
El segundo axioma aborda la idea de que toda comunicación tiene dos aspectos: el contenido y la relación. El contenido se refiere a la información explícita que se comparte, mientras que la relación se centra en cómo se establece la conexión entre los comunicadores. La relación a menudo tiene un impacto más significativo que el contenido, ya que influye en cómo se interpreta y se recibe la información.
Por ejemplo, durante una presentación de proyecto, el contenido podría ser la información técnica y los datos, mientras que la relación se refiere a cómo se comunica el presentador con el equipo.
3. Puntuación de la secuencia de eventos
La comunicación es bidireccional, es decir, tanto el emisor como el receptor provoca una reacción en el otro, de modo que generan una secuencia comunicacional determinada. Este axioma destaca cómo las personas tienden a interpretar y percibir eventos de manera diferente. La «puntuación» de la secuencia de eventos puede variar según la perspectiva de cada individuo, lo que lleva a malentendidos y conflictos. Reconocer estas diferencias en la interpretación es crucial para mejorar la comunicación.
4. Comunicación digital y analógica
Esta teoría distingue entre la comunicación digital y analógica. La comunicación digital se refiere a la información explícita y verbal, mientras que la analógica se centra en los aspectos no verbales y las expresiones. Ambas formas de comunicación son complementarias y se utilizan simultáneamente para transmitir un mensaje completo.
Por ejemplo, en una negociación la comunicación digital podría ser la oferta escrita, mientras que la comunicación analógica podría ser la postura y la expresión facial que reflejan la disposición para comprometerse.
5. Comunicación simétrica y complementaria
El último axioma aborda la dinámica de poder en las interacciones. Las comunicaciones simétricas se caracterizan por la igualdad y competencia, mientras que las complementarias implican una jerarquía y roles distintos. Esta teoría explora cómo estas dinámicas afectan la calidad de la comunicación y cómo las transiciones entre ellas pueden conducir a cambios significativos en las relaciones.
Las dinámicas de poder en el trabajo a menudo se manifiestan en formas simétricas y complementarias. En equipos con comunicación simétrica, todos los miembros contribuyen de manera igualitaria. Por otro lado, en equipos con comunicación complementaria, se pueden formar roles jerárquicos, donde algunos asumen roles de liderazgo mientras que otros adoptan posiciones más seguidoras.
En resumen, los cinco axiomas de la Teoría de la Comunicación Humana nos brindan un marco esencial para entender los procesos subyacentes en la comunicación. No solo se centra en las palabras que usamos, sino también en la forma en que nos relacionamos. Adoptar una mirada sistémica nos ayuda a ser más conscientes de nosotros mismos y del lugar desde el cual podemos mejorar nuestras relaciones y comunicarnos de manera más efectiva.
Paul Watzlawick (1921-2007) fue un destacado psicólogo referente en la terapia familiar y sistémica. Nació en Austria, y se trasladó a los Estados Unidos en la década de 1950, donde desempeñó un papel crucial en el desarrollo de la teoría de la comunicación humana y la terapia breve estratégica.
Watzlawick fue miembro del Mental Research Institute (MRI) en Palo Alto, California, donde colaboró con Don D. Jackson y Janet Beavin Bavelas contribuyendo significativamente al desarrollo de la teoría de la comunicación y a la formulación de los axiomas que describen los procesos fundamentales en la interacción humana.