En 2023 he tenido la oportunidad de facilitar, a través de las configuraciones sistémicas, más de 200 casos reales de personas, organizaciones y empresas familiares en diferentes contextos y países, España, Bélgica y México entre otros. Casos en su mayoría dentro del ámbito profesional y organizacional relacionados con: (i) el deseo de mejora y desarrollo del potencial, (ii) la gestión del cambio, (iii) el liderazgo y trabajo en equipo, (iv) el propósito, (v) los órdenes en la empresa familiar o (vi) la superación de dificultades, bloqueos o conflictos.
También, he tenido la oportunidad de participar en otras muchas intervenciones sistémicas como participante e incluso yo misma como cliente. El desarrollo personal y profesional es un viaje continuo que afecta a todos, incluidos los facilitadores sistémicos.
Abordar casos reales a través de las configuraciones sistémicas permite una integración y aprendizaje “desde la práctica a la teoría”. Aunque cada caso es único, existen elementos comunes que pueden contribuir al éxito y bienestar de personas y organizaciones.
A continuación, comparto algunos de estos aprendizajes:
- La lealtad puede ser nuestra mayor fortaleza y también nuestra mayor debilidad.
En el caso de empresas familiares donde confluyen varios sistemas, la lealtad a la familia y/o a la empresa puede ser una gran fortaleza y a la vez una debilidad. ¡Ojo, uno puede correr el riesgo de olvidarse de ser leal a uno mismo! La lealtad puede ser un arma de doble filo.
- Estar “bien colocado” en tu lugar es más importante que cualquier técnica o herramienta.
No vale de nada enseñar las mejores técnicas o contar con las mejores herramientas si no estás colocado en tu lugar. Imagina que vas a pescar y tienes la mejor caña y el mejor cebo, pero estás colocado en el lugar equivocado. ¿Cuál crees que es el resultado?
Cuando te colocas en el lugar adecuado, en tu mejor lugar, tú mismo encuentras las mejores herramientas.
3. El covid deja secuelas invisibles en personas, y también en organizaciones.
Los duelos no transitados en organizaciones dejan secuelas invisibles en sus personas y equipos. Este es uno de los hallazgos que más me impactaron pues me lleva a pensar si habrá otras organizaciones que hayan padecido el fallecimiento de empleados por covid y puedan experimentar algunas secuelas invisibles.
En varios casos donde se planteaban problemas en equipos de trabajo o que la organización se había quedado estancada, se mostró cómo el fallecimiento por covid de algunos de sus empleados estaba afectando a actuales empleados que no habían podido todavía transitar el duelo de sus compañeros o jefes fallecidos. En especial, en organizaciones como el caso de un hospital que en los momentos más duros del covid nadie se podía permitir parar. El hospital tenía que seguir atendiendo a sus pacientes y los puestos de trabajo tenían que seguir cubriéndose con otras personas inmediatamente sin que se pudiera dar el espacio para reconocer y despedir dignamente a las personas fallecidas cerrando una etapa anterior y abriendo nuevas etapas. Mientras no se da este espacio y se transita este duelo y despedida, en cierto modo algunas personas permanecen atrapadas en el pasado y vinculadas inconscientemente a las personas fallecidas, con el correspondiente impacto en los equipos y en la organización.
4. En la exigencia también hay amor.
En muchos casos, la exigencia de cumplir determinadas normas, cánones, expectativas, etc. vivida en etapas tempranas, ya sea en relaciones de padres e hijos o en relaciones en la escuela, se ha mostrado como un elemento que ha generado dolor. Aunque haya tenido una intención de ayudar a las personas a ser mejores, en muchos casos se ha percibido con la sensación de rabia de que se podría haber hecho de otra manera, e incluso de tristeza como si hubiera una falta de amor.
Ha sido todo un hallazgo comprobar en casos reales como en esas formas de exigencia sí que había amor, aunque quizás no era el amor incondicional que uno esperaba. Y que la solución, empieza por reconocer el amor que sí hubo, aceptando el pasado y dándole en el presente un buen lugar a la exigencia desde una nueva perspectiva.
5. El profesor da lecciones sobre sus verdades, el maestro comparte su sabiduría dejando que cada uno elija sus propias verdades.
Cada vez veo más clara la diferencia entre el profesor y el maestro. En el ámbito de la formación para el desarrollo de personas y organizaciones, no se trata de convencer sobre tu verdad, sino de compartir y mostrar tu sabiduría con otros, respetando el sistema de la otra persona y su propia elección, su propia verdad. El maestro te entrega a tu propio sistema.
6. El éxito tiene muchas caras, el fracaso también.
En diferentes iniciativas realizadas este año he tenido la oportunidad de preguntar a muchas personas sobre qué es el éxito. No hubo dos respuestas exactamente iguales. Por ejemplo, para algunos, el éxito es conseguir bienes materiales o conseguir el puesto de trabajo deseado. Para otros, el éxito es obtener el reconocimiento social, hacer una gran contribución a la sociedad o mantener un legado. O para otros, el éxito es simplemente una energía de vida para alcanzar su destino.
En cualquier caso, no hay éxito sin fracaso, y no siempre le damos el lugar que le corresponde al fracaso. La tendencia general es a excluirlo. Cuando lo excluimos es difícil sacar aprendizajes y se corre el riesgo de volver a repetirlo. El fracaso también tiene muchas caras. Lo que para algunos puede ser un éxito para otros puede ser un fracaso, y viceversa.
A través de las configuraciones sistémicas podemos ampliar nuestra perspectiva e integrar nuestra historia, dándole el lugar que le corresponde a cada éxito y fracaso, reevaluando creencias y siendo más consciente de lo que nos fortalece o debilita.
7. Sueños no cumplidos de un familiar dan una nueva oportunidad de cumplirse en algún familiar de las siguientes generaciones familiares.
En cierto modo estamos vinculados a nuestro sistema familiar. En nuestro ADN tenemos información de al menos dos generaciones anteriores. Los casos explorados a través de configuraciones sistémicas, y en algunas situaciones complementando con un genograma, se ha podido observar cómo algunos sueños o potenciales no realizados de familiares de anteriores generaciones dan una nueva oportunidad para cumplirlos y realizarlos en familiares de siguientes generaciones.
El riesgo es cuando la persona no es consciente de esto ni de su historia. Puede quedar atrapada en una identificación y estar viviendo el sueño de su familiar, no su propio sueño. En el caso de empresas familiares, este tipo de patrón es muy común. Cuando uno es consciente de estas posibles vinculaciones, puede aprovecharlas a su favor, reconociendo y tomando esos potenciales, separando pasado y presente, soltando posibles identificaciones (“Tú eres tú, yo soy yo”) y viviendo su propia vida.
8. Las desconexiones como raíz de problemas. Desconexión con uno mismo, desconexión con otras personas y desconexión con nuestro propósito.
Muchos casos observados desde las configuraciones sistémicas nos muestran cómo las soluciones están ahí, cerca de nosotros y no las vemos a simple vista. No las vemos porque en algún momento nos hemos desconectado; (i) desconectado de uno mismo, (ii) desconectado de otras personas o (iii) desconectado del propósito. Nuestra labor como facilitadores sistémicos consiste en facilitar un espacio donde el cliente pueda ampliar su mirada y facilitar esas conexiones.
9. Algunas razones que motivaron fundar una empresa son inconscientes. La falta de conciencia de estas motivaciones puede limitar el desarrollo personal y empresarial.
Muchos fundadores creen que conocen todas las razones que le motivaron fundar su empresa. Sin embargo, algunas de las razones son inconscientes. Cuando los fundadores no son conscientes de estas razones, es muy probable que estén inmersos en patrones que limitan el desarrollo de la persona y de la empresa, y en ciertos bucles que impiden que la empresa siga creciendo o evolucionando. Algunas de esas razones inconscientes tienen que ver con las necesidades de seguridad, pertenencia o reconocimiento de etapas personales o profesionales anteriores.
10. Una empresa familiar tiene un propósito más grande que estar juntos.
Una empresa familiar no es solo para estar juntos. Estar juntos es importante pero no suficiente para la supervivencia de una empresa familiar. Una empresa necesita un propósito más grande al servicio de sus clientes y de la sociedad. Si el propósito de la empresa familiar se limita a estar juntos, se corre el riesgo de perder a los clientes y lo invertido en la empresa. En ese caso, quizás conviene plantearse si es mejor invertir en una empresa o invertir en planes familiares juntos.
Aunque hay más aprendizajes para compartir, estos son más que suficiente por ahora.
Si quieres saber más sobre la mirada sistémica y las configuraciones sistémicas, escríbenos: info@systemicall.com o consulta próximas sesiones formativas y talleres en: https://academy.systemicall.com/
PRÓXIMAS FORMACIONES