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La Empatía sistémica en organizaciones

¿Con quién más tendría que tener empatía?

Hoy quiero hablar de una de las skills necesarias para cualquier líder o responsable de equipos en una organización.

Según la RAE, la empatía es la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos. Sin duda, es una capacidad que nos acerca a las personas como humanos, nos permite ponernos en el lugar del otro y sentir lo que sienten otras personas.

En mi experiencia, a la hora de llevar a la práctica esta capacidad en el plano profesional el resultado puede ser muy diferente dependiendo de cómo se aplique. Para conseguir un impacto que permita crecer a las personas y organizaciones resulta clave añadir el apellido “sistémico”.

La empatía sistémica es la capacidad de sentir al otro y al sistema de la organización respetando el lugar de cada uno. La capacidad de sentir se refiere no solo a una única persona, sino también al contexto y resto de personas de la organización. Para ello, es necesario ser consciente desde qué lugar y posición utilizamos esta capacidad, sin que implique una identificación que nuble nuestra visión y posibilidades de crecimiento.

Un líder tiene la responsabilidad de mirar por el conjunto de la organización por encima de lo individual. Un líder necesita la visión global de la organización y no solo de una parte. Si mira solo una parte, corre el riesgo de excluir otras partes que incluso necesiten de mayor empatía. Por tanto, se necesita empatía hacia todo el sistema de la organización.

Tras multitud de casos y situaciones diferentes, he visto que aplicar la empatía sin tener en cuenta la perspectiva sistémica, puede dar lugar a patrones como la identificación o la polarización que limitan el potencial de personas y organizaciones.

Si un líder se posiciona solo con una parte, excluyendo otras partes de la organización, es muy probable que surjan situaciones de polarización y división entre bandos, por ejemplo, entre “buenos y malos”. Ya sabemos que cualquier exclusión conlleva entrar en bucles que impiden crecer hasta que lo excluido sea reconocido. Por ello, se necesita empatía hacia todo el sistema, y como líder conviene preguntarse: “¿Con quién más tendría que tener empatía?”.

Esto resulta bastante obvio, sin embargo, no siempre actuamos en coherencia. Los juicios a veces nos impiden ver o acabamos atrapados en una identificación. Cuando nos identificamos con alguien o una situación, inconscientemente proyectamos nuestra parte personal. Por ejemplo, en el caso de sentir determinados asuntos como una injusticia, corremos el riesgo de proyectar esa injusticia sin darnos cuenta. Inconscientemente estaríamos diciendo a la otra persona esta situación es injusta para ti también o pobrecito, tú también eres víctima de esto”.

Desde ahí, difícilmente como líderes o responsables de equipos, podemos ayudar a otros a crecer. Perdemos nuestra posición y lugar de líder, mirando a la otra persona probablemente más como a un niño que como a un adulto. Esto no ayuda a que cada uno tome su parte de responsabilidad y adquirir recursos con los que afrontar situaciones difíciles que pueden ser una oportunidad para evolucionar y desarrollar el potencial.  

¿Un líder cómo podría aplicar la empatía sistémica?

Primero, teniendo empatía con la persona y el sistema de la organización. Es como si por un segundo me colocara en el lugar de la otra persona y pudiera sentir lo que siente, y a la vez sentir el contexto y resto de personas de la organización.

Entonces, si por ejemplo un miembro de tu equipo se encuentra en una situación complicada con otra persona de la organización, podría decirle: “te entiendo, sé que es difícil para ti”. Podría también invitarle a tomar conciencia del resto de la organización ¿cómo sientes que es para las otras personas? Inmediatamente, volvería a mi lugar, a mi posición como líder y cometido de guiar e impulsar el crecimiento de la otra persona, por ejemplo, preguntando: “¿tú qué sí puedes hacer?” “ante esta situación, ¿qué recursos y capacidades tienes?” En definitiva, sintiendo a la otra persona y al sistema, sin perder nuestro lugar y función.

Para liderar a los demás, es necesario liderarse antes a uno mismo. El autoconocimiento y una mayor conciencia de cómo nos relacionamos con otras personas resulta fundamental para mejorar nuestro liderazgo. Reconocer los patrones que nos atraen y que nos atrapan, es el primer paso para trascenderlos. Trascendiendo estos patrones en nosotros mismos podremos ayudar a otros a trascenderlos igualmente y crecer con mayor libertad.

Cada día surgirán situaciones donde puedes usar tu empatía sistémica. Te animo a ponerla en práctica, a comprobar tú mism@ los resultados y generar un liderazgo de mayor impacto y evolución.

Si quieres saber más, estaremos encantados de compartir nuestra experiencia y conocimientos.

Desde Systemicall acompañamos a líderes, responsables de equipos y departamentos de recursos humanos a incorporar la empatía sistémica para crecer y desarrollar el potencial de personas y organizaciones. Consúltanos los proyectos de consultoría, coaching sistémico y formación que realizamos. Estaremos encantados de acompañarte.